lunes, 21 de diciembre de 2009

MUY FELIZ NAVIDAD!!


En la fragilidad de un niño, el poder de Dios llega a todos los hombres.
Nada es grandilocuente para Dios, no hay necesidad de ostentación.
No hay necesidad de demasiados recursos,solo mucho Amor…

Que esta navidad, sea una nueva oportunidad para aprender
de la pedagogía de Dios, nuestro modo de ser y de estar
en medio de la sociedad que nos toca vivir y
que no tardemos en acudir al Niño para adorarlo y
desde allí salir a anunciarlo con la fuerza de nuestro amor.


Gracias Señor, Dios nuestro, porque en la Encarnación de tu Hijo amado,
por la acción del Espíritu Santo, nos hiciste hijos tuyos y nos distes la gracia de multiplicar entre los hombres, el Evangelio que vino a anunciarnos.
Acompáñanos para llegar junto al pesebre en esta Navidad,
con nuestra fe revitalizada, con nuestra esperanza más activa y
llenos de amor por todos.
Tú que eras, eres y serás, bendícenos y acompáñanos.


En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amen.


MUY FELIZ NAVIDAD!!

Vida digna, tarea de todos




Comisión Diocesana de Sectores

lunes, 7 de diciembre de 2009

Presentación del Área en la diócesis


Con inmensa alegría el Sábado 5 de Diciembre de 2009 el Área Sectores presentó la propuesta de trabajo para el trienio bajo el lema: “Vida digna, tarea de todos”, asumiendo el compromiso de construir una sociedad mejor a la luz del Evangelio en los diferentes ámbitos: Arte y comunicación, Educación, Política, Ciencia y tecnología, Trabajo y Problemática social.



Participamos de este Primer evento del Área:
Juan Ignacio Torreiro y Maria Emilia Costa (presidente y vicepresidente diocesanos)
Mariana Vanyay, Virginia Solari, Cecilia bande, Raquel Uranga, Rubén González, Ester Deufemia y Claudio Cascone (conducción diocesana)
Hilda Taboada (Nstra. Sra. Del Valle); María Belén Nadela (San Antonio de Padua); Paola Borini (San Juan María Vianney); Javier Cascone, Oscar Baigorria, Ezequiel Frigeni y Fernando Baigorria (San José); Daniel Martos (Santa Inés) y Mario Orellanos (San Pedro Armengol).


Invitamos a todos aquellos que quieran sumarse a este desafío

ALABADO SEA JESUCRISTO!!!


Comisión Diocesana de Sectores

jueves, 3 de diciembre de 2009

“Hace 2.000 soles”

Cambió el trienio, pero algunas cosas permanecen igual…¡como por ejemplo los cuentos de Mamerto! Aquí les proponemos uno, titulado “Hace 2.000 soles”. Por pragmáticos motivos de extensión, vamos a ofrecer una versión sintetizada, aunque recomendamos vivamente que puedan leer la versión completa (en este link, por ejemplo, la
pueden encontrar: http://www.csviator.es/revista/395/395-pastoral.asp#4 )

Cuentan que una vez un misionero llegó a una tribu de infieles, para anunciarles la Buena Noticia del Evangelio. Dedicó un buen tiempo a conocerlos, a aprender su idioma, sus costumbres y descubrió que aquellos pobres primitivos tenían de Dios una imagen temible: pensaban que Dios era un ser implacable, que se disgustaba por cualquier cosa, y que exigía sacrificios enormes para quedar satisfecho. Su Dios no buscaba para nada la felicidad de sus fieles. Ni qué hablar de la posibilidad de amor.
Así, una noche, junto al fogón, comenzó a relatar los sencillos sucesos de la Encarnación, de la Navidad, las parábolas, llegando finalmente al misterio Pascual, con la pasión, muerte y resurrección del Señor.
Todos (ancianos, hombres, mujeres) escuchaban azorados. Todos sentían una alegría y una libertad desbordante, como un renacer de toda su vida, que se llenaba de paz y de amor. La Buena Noticia era en verdad buena. La bondad de un Dios lleno de amor y de ternura, que luego de darnos a su propio Hijo cuando aún éramos pecadores, ya nada nos puede negar siendo como somos ahora sus hijos queridos. Los infieles estaban llenos de admiración, les parecía imposible tantas cosas lindas juntas.
Cuando el misionero terminó su mensaje se hizo un silencio profundo, hasta que el cacique tomó la palabra, lleno de emoción, y se atrevió a interrogar:
- ¿Cuándo sucedió todo esto tan hermoso que nos venís a contar? ¿Tal vez en la luna llena pasada? O vez hace más tiempo, ¿Varias lunas atrás?
El misionero se dio cuenta de que sus oyentes desconocían totalmente la historia, y no tenían noción de todo el tiempo que había transcurrido desde los procesos vividos por Cristo desde Belén a la Ascensión. Les explicó que hacía mucho tiempo que todo esto había sucedido. Que era imposible contarlo sumando lunas llenas.
Que había que contarlo por soles y primaveras.
Cuando finalmente les logró hacer entender que los acontecimientos hermosos que constituyen la Buena Nueva del Evangelio hacía ya 2000 años que habían sucedido, y que por tanto los árboles más antiguos del monte aún ni siquiera habían nacido cuando todo esto pasó, sintió que sus oyentes cambiaban su sonrisa de agradecimiento por una mueca de rabia. Y fue nuevamente el cacique quien rompió el silencio diciendo:
-¡Desgraciados! Hace dos mil soles que esto ha sucedido ¿y recién ahora nos lo vienen a contar? Esto es señal de que ustedes mismos no le dan importancia, o que nunca nos han querido bien. De lo contrario, hace rato que nos hubieran buscado por todos los medios para venir a decirnos cosas que para nosotros son tan fundamentales.


Miremos nuestra vida. Esa de todos los días, en nuestros ambientes. Además de nuestra casa, mirémonos en nuestros trabajos, en el club, en la facu, en los eventos sociales a los cuales asistimos… Allí seguramente todos saben de qué cuadro somos hinchas.
Todos saben la marca de nuestro auto. Todos conocen si es que tenemos algún hobby en particular. Pero… ¿saben todos, con la misma prontitud y naturalidad, que Cristo es el REY de nuestros corazones?


Sorprende, y duele, ver que muchos cristianos, que como tales debiésemos tener a
Cristo como Rey de nuestras vidas, muchas veces no lo "compartimos" con los demás.
El cacique del cuento lo decía con exactitud… si hay algo que realmente nos inunda el corazón es imposible guardarlo. Si lo guardamos, es que quizás no le damos tanto valor, o por el contrario podría ser que los demás nos resultan indiferentes, como para tener ganas de compartirlo con ellos.

Pidamos a Cristo que siga reinando en nuestras vidas, y que nos ayude a hacer fecundo su Reino en nuestros ambientes.

¡Alabado Sea Jesucristo!

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Palabras de nuestro Presidente Nacional de Acción Católica


La organicidad expresa la comunión



Siempre hemos dicho que la AC está orgánicamente constituida.
La organicidad, necesita de la organización como método de que cada cosa tiene un lugar, cada miembro un rol (o varios), hay procesos establecidos, hay mecanismos de coordinación, hay reglas, normas.
Pero es más que esto, está vinculado a la vida de la institución, la fidelidad a la misión, a las decisiones comunitarias, a lo que se espera de mí.
Esta vida orgánica como la sangre que fluye por las venas y fluye a los capilares, necesita mi “mejor versión”, que dé lo mejor de mí, necesita que me ponga en común.
Nuestro estilo de conducción tiene que estar basado en generar relaciones, vínculos, confianza, en promover desde la realidad.

De la Unidad todos somos obreros


Cuando se reformó el estatuto y el reglamento, cuando muchos de los que estamos acá trabajamos en el Proyecto Institucional, uno de los cambios que expresaba la unidad institucional era el cambio de la Junta por el Consejo. No era solo un cambio de nombre.
El Consejo como expresión de la UNIDAD, en cada nivel de la ACA
Pero esta “garantía” no anula, ni suplanta la operatividad de las Comisiones de Áreas y Equipos. La UNIDAD no es un refugio donde podemos disimular nuestra pereza dirigencial. La unidad se construye y es tarea de todos.

Mi rol bien hecho SUMA




No es posible conducir a distancia...
Tiene que ver a cuanto nos acercamos a la realidad que nos toca conducir, como acompañamos la vida de nuestras comunidades, aprovechando todos los medios disponibles.
Hoy la tecnología nos da oportunidades que no tenían los que hicieron grande esta institución.
Cuanto nos involucramos en lo que proponemos, en lo que está haciendo el equipo, la comisión, el consejo. Cuando opinamos, cuando votamos, si no pensamos en que eso también nos cuenta, que en eso también somos parte, estamos haciéndole hacer a la institución, que tanto queremos, una falsa opción. Acá también hay que poner los “talentos en común”

Las buenas ideas no modifican la realidad


Nos hacen falta, pero por si solas no alcanzan. Son el comienzo. Necesitamos de la planificación común. Así podremos explicitar lo que pensamos y ver entre todos lo más conveniente.
Pero también hay que poner los medios, los recursos y acá también se juega nuestra creatividad, nuestra imaginación.
Acá también se juega nuestra tarea, en “hacer posible las buenas ideas”, en hacerlas realidad.

Comunicar


Una de nuestras principales tareas.
Tanto a nuestra gente como a la realidad a la cual queremos evangelizar. Comunicar nuestros valores, nuestras dediciones, comunicar nuestra visión, pero sobretodo establecer un ida y vuelta constructivo con los dirigentes diocesanos.

Para el final


Nuestros Obispos en el documento referido al Bicentenario de la patria, nos dan algunas recomendaciones del estilo de liderazgo que necesitamos hoy muy interesantes para nuestra tarea., les recomiendo leer todo el documente, pero en referencia al tema de hoy ver los nros del 20 al 23, no solo para formarnos como dirigentes nacionales, sino también para la formación de dirigentes, lideres en su propio ambiente, servicio que debemos ofrecer.

“Por eso, es fundamental generar y alentar un estilo de liderazgo centrado en el servicio al prójimo y al bien común. Todo líder, para llegar a ser un verdadero dirigente ha de ser ante todo un testigo. El testimonio personal, como expresión de coherencia y ejemplaridad hace al crecimiento de una comunidad. Necesitamos generar un liderazgo con capacidad de promover el desarrollo integral de la persona y de la sociedad. No habrá cambios profundos si no renace, en todos los ambientes y sectores, una intensa mística del servicio, que ayude a despertar nuevas vocaciones de compromiso social y político. El verdadero liderazgo supera la omnipotencia del poder y no se conforma con la mera gestión de las urgencias. Recordemos algunos valores propios de los auténticos líderes: la integridad moral, la amplitud de miras, el compromiso concreto por el bien de todos, la capacidad de escucha, el interés por proyectar más allá de lo inmediato, el respeto de la ley, el discernimiento atento de los nuevos signos de los tiempos y, sobre todo, la coherencia de vida. “1
…” También queremos reconocer con gratitud a quienes luchan por vivir con fidelidad a sus principios. Y a los educadores, comunicadores sociales, profesionales, técnicos, científicos y académicos, que se esfuerzan por promover una concepción integral de la persona humana. A todos ellos, les pedimos que no bajen los brazos, que reafirmen su dignidad y su vocación de servicio constructivo. Uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo es recuperar el valor de toda sana militancia”



Disfrutemos gozosamente de esta tarea,
Vale la pena!”



Ing. Emilio Inzaurraga
Presidente
Acción Católica Argentina
El rol que me toca, no solo tiene que ver con mis intereses, sino que también tiene que ver con lo que Dios quiere de mí y con las decisiones comunitarias.
Hay aspectos de esta vida orgánica que me pueden resultar más simpáticos que otros.
Trabajar orgánicamente no significa que uno esté en todo, si no que es fiel al rol que la comunidad le ha confiado y que ha aceptado libremente y, en primer lugar, hace bien lo que le toca hacer, para el proyecto común.
Que bueno sería, que cada uno hiciéramos bien lo que nos toca hacer. Entre todos tenemos que ayudarnos mutuamente a que cada uno encuentre su lugar. Mi bien hecho suma.
Entender mi rol es saber que se espera de mí, no como un excusa (hago lo que me toca y “cumplo”) , sino como mi aporte que ayuda a crecer, que empuja hacia delante.

Los aparatos se conducen a control remoto, la gente y las instituciones no

Compendio de Doctrina Social de la Iglesia


El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia dedica un capítulo entero a temas medioambientales, reconociendo su creciente importancia. Los primeros números animan a los cristianos a considerar el medio ambiente con una actitud positiva, para evitar una mentalidad de desprecio y condena, y reconocer la presencia de Dios en la naturaleza.


Deberíamos ver el futuro con esperanza, recomienda el Compendio, "sostenidos por la promesa y el compromiso que Dios renueva continuamente" (No. 451). En el Antiguo Testamento vemos cómo Israel vivió su fe en un medio ambiente que era visto como don de Dios. Además, "la naturaleza, la obra de la acción creativa de Dios, no es un adversario peligroso".


El Compendio también invita a recordar el comienzo del libro del Génesis, en el que el hombre es puesto como la cima de todos los seres y Dios le confía que cuide toda la creación. "La relación del hombre con el mundo es parte constitutiva de su identidad humana. Esta relación es a su vez resultado de otra relación aún más profunda con Dios" (No. 452).


En el Nuevo Testamento Jesús hace uso de los elementos naturales en algunos de sus milagros y recuerda a los discípulos la providencia de su Padre. Luego, en su muerte y resurrección, "Jesús inaugura un mundo nuevo en el que todo le está sometido y recrea las relaciones de orden y armonía que el pecado había destruido" (No. 454).



Ciencia y tecnología



El concilio Vaticano II reconocía el progreso hecho por la ciencia y la tecnología al extender nuestro control sobre el mundo creado. Mejorar nuestras vidas de este modo está de acuerdo con la voluntad de Dios, concluían los padres conciliares. También observaban que la Iglesia no se opone al progreso científico, que es una parte de la creatividad humana dada por Dios.
Pero, añade el Compendio, "un punto central de todo uso científico y tecnológico es el respeto por los hombres y mujeres, que debe acompañarse también de la necesaria actitud de respeto por todas las criaturas vivas" (No. 459). Por lo tanto, nuestro uso de la tierra no debería ser arbitrario y es necesario que esté inspirado por un espíritu de cooperación con Dios.


Olvidar esto suele ser la causa de acciones que dañan el medio ambiente. Reducir la naturaleza a "términos mecanicistas", suele acompañarse por la falsa idea de que sus recursos son ilimitados, llevando a considerar el desarrollo en una dimensión meramente material, en la que se da el primer lugar "al hacer y tener en vez de al ser" (No. 462).


Si es necesario que evitemos el error de reducir la naturaleza a términos meramente utilitaristas, según el cual sólo es algo que hay que explotar, también es necesario que evitemos irnos al otro extremo haciéndola un valor absoluto. Una visión ecocéntrica o biocéntrica del medio ambiente cae en el error de poner a todos los seres vivos al mismo nivel, ignorando la diferencia cualitativa entre los seres humanos, basada en su dignidad de personas humanas, y otras criaturas.


La clave para evitar tales errores es mantener una visión trascendente. Actuar de modo más responsable hacia el medio ambiente resulta más fácil cuando recordamos el papel de Dios en la creación, explica el Compendio. La cultura cristiana considera las criaturas como un don de Dios, que debe cuidarse y salvaguardarse. El cuidado del medio ambiente también entra dentro de la responsabilidad de asegurar el bien común, por el que la creación se destina a todos. El Compendio también observa que tenemos una responsabilidad con las generaciones futuras.



Biotecnología



Una sección del capítulo se centra en el tema de la biotecnología. Las nuevas posibilidades ofrecidas por estas técnicas son una fuente de esperanza, pero también han levantado hostilidad y alarma. Como regla, observa el texto, la visión cristiana de la creación acepta la intervención humana, porque la naturaleza no es una suerte de objeto sagrado que debemos dejar solo.


Pero la naturaleza es también un don a usar con responsabilidad y, por lo tanto, el modificar las propiedades de los seres vivos se debe acompañar de una evaluación cuidadosa de los beneficios y riesgos de tales acciones. Además, es necesario que la biotecnología se guíe por los mismos criterios éticos que deberían orientar nuestras acciones en las esferas de la acción social y política. Y también se deben tener en cuenta los deberes de justicia y solidaridad.


En cuanto a la solidaridad, el Compendio pide "intercambios comerciales equitativos, sin la carga de injustas estipulaciones" (No. 475). En este sentido es importante ayudar a las naciones a lograr una cierta autonomía en ciencia y tecnología, transfiriéndoles el conocimiento que las ayudará en el proceso de desarrollo. La solidaridad también significa que, junto a la biotecnología, son necesarias políticas comerciales favorables para mejorar la alimentación y la salud.


El Compendio también menciona a los científicos que, estando llamados a trabajar de modo inteligente y con perseverancia para resolver los problemas de suministro de alimentos y salud, también deberían recordar que están trabajando con objetos que forman parte del patrimonio de la humanidad.


A los empresarios y agencias públicas del sector de la biotecnología, el texto les recuerda que junto a la preocupación por lograr un beneficio legítimo, deberían tener presente el bien común. Esto es especialmente aplicable en los países más pobres, y a la hora de salvaguardar el ecosistema.



Compartir los bienes



Se dedica una sección del capítulo a la cuestión de compartir los recursos de la tierra. Dios ha creado los bienes de la tierra para que sean usados por todos, observa el Compendio, y "deben ser compartidos de modo equitativo, de acuerdo a la justicia y la caridad" (No. 481). De hecho, es necesaria la cooperación internacional en temas ecológicos, puesto que suelen ser problemas a escala global.


Los problemas ecológicos suelen estar conectados con la pobreza, con gente pobre incapaz de abordar problemas como la erosión de las tierras de cultivo, debido a sus limitaciones económicas y tecnológicas. Y muchos pobres viven en suburbios urbanos, afligidos por la polución. "En tales casos el hambre y la pobreza hacen virtualmente imposible evitar una explotación intensiva y excesiva del medio ambiente" (No. 482).


La respuesta a estos problemas no es, sin embargo, políticas de control de población que no respetan la dignidad de la persona humana. El Compendio sostiene que el crecimiento demográfico es "plenamente compatible con un desarrollo integral y compartido" (No. 483). El desarrollo debería ser integral, continúa el texto, asegurando el verdadero bien de las personas.


En relación a los recursos naturales hay que considerar el destino universal de los bienes, y particularmente cuando se trata del tema del agua. El acceso inadecuado al agua potable afecta a gran número de personas y suele ser fuente de enfermedades y muerte.


Para el mundo desarrollado, el compendio ofrece algunas notas sobre los estilos de vida apropiados. A nivel individual y comunitario, se recomiendan las virtudes de la sobriedad, la templanza y la autodisciplina. Necesitamos romper con la mentalidad basada en un mero consumo, además de ser conscientes de las consecuencias ecológicas de nuestras elecciones, sostiene el texto.


El Compendio concluye su capítulo pidiendo que nuestra acción hacia la creación se caracterice por la gratitud y el aprecio. Deberíamos recordar también que el mundo revela el misterio de Dios que lo ha creado y lo sostiene. Redescubrir este significado profundo de la naturaleza no sólo nos ayuda a descubrir a Dios, sino que también es la clave para actuar de modo responsable de cara al medio ambiente.

¿Por qué Sectores?


Los hombres nos identificamos en sectores y actuamos en ambientes.

El Sector es un espacio cultural con comportamientos y características semejantes. Dentro de cada sector encontramos los ambientes que lo componen y que están en el nivel de base.

Se trata de una verdadera pastoral y no sólo de una metodología. Ello implica una acción de conjunto de los distintos agentes y estructuras pastorales (instituciones, asociaciones, movimientos, parroquias, etc.)

En la evangelización de la cultura se plantea el gran desafío de la Nueva Evangelización. Este camino se debe apoyar en una visión operativa orientada hacia los espacios pastorales, como un modo de ordenar la reflexión, de conocer la realidad y de planificar la actividad.

Cuando la Parroquia resulta insuficiente: Los Sectores…

Sin dejar de valorar la importancia de la Parroquia (Juan Pablo II), ésta resulta insuficiente para satisfacer el hambre de Evangelio de los hombres. Los vacíos han sido llenados por otros. (Puebla 78).

Existen muchos sectores a los cuales no se les ofrece adecuadamente el Evangelio según Jesucristo... Por eso alentamos nuevas formas de presencia evangelizadora, mediante una oportuna pastoral de sectores... (Episcopado Argentino, Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización 39).

El documento de Puebla, al referirse en el número 819 a los sectores, alude a aquellos que realizan su acción evangelizadora en ámbitos funcionales (mundo del trabajo, de la educación, de la política, de la economía) en contraposición con los ámbitos parroquiales, barrios, etc.

La Conferencia Episcopal Latinoamericana dice que la sociedad actual se caracteriza por el crecimiento de los ámbitos territoriales, pero si no hay respuesta apostólica en los ámbitos funcionales, la Iglesia no podrá Evangelizar a la nueva sociedad.

En las “Líneas pastorales para la nueva evangelización” Nº 40, encontramos esta convocatoria: “Para que el anuncio de Jesucristo y la promoción de la dignidad humana sean ofrecidos a toda la sociedad argentina, convocamos a cada uno de los bautizados a ser protagonista activo de la gesta evangelizadora nueva en los sectores y ambientes que le son propios.

La Acción Católica y el Apostolado Sectorial

* El apostolado sectorial no podrá ser la tarea de algunos, sino la preocupación de toda la Acción Católica.
* La acción apostólica en los sectores se concreta con mayor facilidad a nivel nacional y diocesano. Sin embargo, también es posible efectuar acciones a nivel parroquial, bajo la supervisión de la Comisión diocesana de Sectores y del Consejo parroquial.
* La preocupación central es llegar con una presencia de Iglesia (no sólo de Acción Católica) y en consecuencia es necesario acciones coordinadas con otras asociaciones que se desempeñen en la pastoral sectorial.

Los ámbitos de acción en que nos movemos son: Arte y comunicación, Ciencia y tecnología, Problemáticas sociales, Educación, Trabajo, Política, Familia.

Los Sectores y la organización de la Acción Católica


A la luz de las exigencias de la Christifideles Laici y de las Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, el Proyecto Institucional de La Acción Católica Argentina incluye expresamente dentro de su organización un Área de Sectores.

Cabe recordar que en la concepción unitiva de la ACA los organismos directivos de la Institución son la Asamblea y el Consejo. Las Comisiones de Área son las encargadas de la elaboración y ejecución de los planes para alcanzar en el Área específica de su actividad las metas y objetivos adoptados por el Consejo respectivo.

Corresponde pues al área Sectores poner en práctica las líneas de acción fijadas por la Asamblea y ser un facilitador de esta misión en los distintos ámbitos de la realidad, que deberán encarnar los miembros de las distintas áreas y la institución como tal.

De acuerdo a la realidad diocesana, a las urgencias pastorales, a las fortalezas y debilidades de cada Comisión se fijarán las prioridades y se determinarán los sectores por los que se comenzará a trabajar.

Si planteamos el área Sectores desde esta mirada de la misión de la Acción Católica como integralidad se delinean distintas estrategias de acción:

o Promover y orientar grupos de militancia de aquellos miembros que estén llamados a ejercer su apostolado en realidades sectoriales a tenor del Art. 25 y 33 del Estatuto y grupos de proyección evangelizadora. Por ejemplo grupos de docentes, grupos rurales, los grupos del SETRAC (Trabajadores de Acción Católica) cuyas características son las siguientes: La base es un equipo, que depende de un miembro de la Acción Católica como responsable, el cual está vinculado directamente con el Área Sectores, pero esos equipos pueden integrarlos personas de la Institución (que pueden pertenecer a distintas áreas) o personas que no siendo miembros de la Institución comparten una parte de la propuesta apostólica de la Acción Católica.

o Brindar orientación y proporcionar actividades de conjunto, en los distintos ámbitos de la realidad, a la que se integrarán los miembros de las distintas áreas que, teniendo una inserción parroquial (jóvenes y adultos), desarrollan su actividad laboral, social en distintos ámbitos extra-parroquiales, (apostolado ambiental organizado). Esta es más una función transversal de colaboración con las otras áreas.

o Entendemos por participación extraordinaria, siguiendo lo normado por el Art. 9 del Reglamento, la de aquellos miembros, de asumir el acompañamiento institucional sirviendo de nexo, contención e instancia de participación y comunión de los miembros de la institución que tienen una participación extraordinaria, que en virtud de circunstancias especiales de su vida debidamente justificadas, no pueden integrarse regular y activamente a las actividades de la institución, pero se comprometen a mantener el estilo de vida que caracteriza al miembro de la AC, y a participar en la medida de sus posibilidades en los momentos importantes de la vida de la Institución.

o Insertarse y promover las distintas pastorales sectoriales de la diócesis.

o Facilitar la presencia evangelizadora de la Acción Católica a nivel nacional, diocesano, regional, zonal en aquellos lugares donde se toman decisiones: ejecutivo nacional, provincial, municipal, órganos legislativos: Congreso, Consejos Deliberantes, instancias de participación social, foros, colegios profesionales, sindicatos.

o Es también función de la Acción Católica, canalizada a través del Área Sectores, el proporcionar instancias formativas de participación y comunión a cristianos comprometidos en los distintos ámbitos, que sean espacios de reflexión y contención para potenciar la presencia evangelizadora de los cristianos en sus ambientes.

o Brindar distintos servicios concretos que den respuesta a la realidad y que se inscriban en la práctica de la solidaridad y de la construcción del bien común.

o El ejercicio constante de toda nuestra creatividad para imaginar nuevas formas de respuesta, para ensayar nuevos caminos.


Criterios generales para la actividad del Área Sectores

Concientes de nuestra responsabilidad en el crecimiento de toda la comunidad eclesial, nuestra acción deberá tener presente y promover el protagonismo de todos los bautizados como sujetos y destinatarios de la acción evangelizadora.

La Acción Católica hace suyas las palabras del Documento Navega Mar Adentro “queremos encontrar los modos de llegar a todos los bautizados, propiciando su inserción cordial en la vida de la Iglesia, porque la mayor parte de los bautizados no han tomado plena conciencia de su pertenencia a ella” (NMA 77)

Para lograrlo el Documento de la CEA plantea en sus líneas de acción la necesidad de:

o “abrir espacios de encuentro, reflexión y fiesta” (NMA 83)

o ampliar la mirada: “no podemos contentarnos con esperar a los que vienen” y “en este sentido una manera de llegar a todos puede canalizarse a través de una pastoral sectorial que ayude a vivir la fe en los lugares de estudio, de trabajo, de recreación, de deportes Ámbitos tan importantes como los que ofrecen los medios de comunicación social también han de ocupar esmerada atención por parte de los agentes de pastoral.” (NMA 94)

o Formar la conciencia ciudadana para la construcción del bien común y en tal sentido “Destacamos a la Doctrina Social de la Iglesia como el mejor medio para encarnar los principios evangélicos en la compleja realidad cultural, política, social, ecológica y económica. “ (NMA 97)


Alabado sea Jesucristo!!