martes, 23 de febrero de 2010

El tiempo de Cuaresma en nuestra vida

Podríamos decir simplemente que buscamos ACOMPAÑARTE Y ACOMPAÑAR A CADA GRUPO DE ACCION CATOLICA y a los que lean estas páginas, a VIVIR LA CUARESMA CON INTENSIDAD, en clave de Vida, justicia, solidaridad y educación.
Si, porque los tiempos litúrgicos, se encarnan en la vida del pueblo de Dios de cada lugar, para darle un significado novedoso, que es don y compromiso.
Para los argentinos este es un año particular, signado por el inicio de la celebración del BICENTENARIO PATRIO; este acontecimiento también ha de ser meditado en esta CUARESMA, pues la Argentina necesita como nunca de HOMBRES y MUJERES nuevos que surjan de la PASCUA para poder transformar nuestra historia en claves de solidaridad y justicia, de respeto por la vida y de educación para todos los argentinos.
En este camino, el protagonismo de cada uno de nosotros y de nuestras comunidades, será una clave decisiva del futuro. No porque se espere de nosotros algo extraordinario, sino porque se necesitan niños, jóvenes y adultos capaces de asumir lo ordinario extraordinariamente bien.

“La cuaresma es un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales con la purificación del corazón y una práctica perfecta de la vida cristiana”. San León
Iniciamos un camino de 40 días, que conocemos con el nombre de Cuaresma, tiempo especial para los cristianos, en que nos preparamos para vivir una nueva PASCUA.
La palabra Cuaresma proviene de las palabras en Latín: cuadragésima, 'Cuadragésimo día (antes de la pascua)
Es el periodo del tiempo litúrgico en nuestro calendario cristiano destinado a prepararnos para vivir intensamente la fiesta de la Pascua, día en que celebramos la Resurrección de Jesús.
La Cuaresma comienza el miércoles de Ceniza y finaliza el Jueves Santo. Dura cuarenta días simbolizando, entre otras cosas:
* Cuarenta años esperó Israel en el desierto para poder entrar en la tierra prometida.
* el retiro de 40 días de Jesús en desierto antes de iniciar su vida pública
* y el retiro de 40 años de Moisés en el desierto.

La Cuaresma tiene cinco domingos, más el Domingo de la Pasión o Domingo de Ramos.
Este tiempo no es un tiempo triste, sino un tiempo de profunda gracia, que nos invita a poner nuestra vida, en sintonía de misericordia y oración.
Es un tiempo especial en el Año litúrgico para la conversión y penitencia. Por eso, en la eucaristía católica no se canta el “Gloria” al final del acto penitencial (excepto el Jueves Santo en la misa de la Cena del Señor), ni el “Aleluya” antes del Evangelio.
El color litúrgico es elmorado como signo de recogimiento, interioridad, penitencia.

“La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la
Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto”.

¿Cómo podemos vivir la Cuaresma?
“Crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme y afiánzame con espíritu generoso”.

Nuestra vida personal y comunitaria como cristianos, es en primer lugar una vida intensamente humana, que bendecida por la gracia del bautismo, se abre a dimensiones nuevas, que nos ayudan a tomar conciencia de:


· El amor grande que Dios nos tiene, por el cual nos comunica el don de la Vida.
· Las dificultades que se nos presentan en nuestro camino diario para ser fieles a ese amor grande y vivir en plenitud.
· La necesidad de cambiar nuestra forma de actuar, de pensar, para que el don de la vida se haga plena en nosotros.

La Cuaresma entonces es UNA OPORTUNIDAD, a unos meses de iniciado el año, para reforzar nuestro ser cristiano y abrirnos a la misericordia de Dios Padre, convirtiendo nuestro corazón para lo cual se nos ofrece un camino de:

ORACION
LIMOSNA
PENITENCIA
Equipo Nacional de Formación

Aún no termina el juego...

Hace un poco más de 10 años, Alejandro Lerner publicaba uno de sus hits más conocidos, llamado “Volver a Empezar”. Seguramente está guardado en nuestra memoria y en los recuerdos de nuestra época juvenil.
La letra decía esto:
Pasa la vida y el tiempo no se queda quieto
Llegó el silencio y el frío con la soledad
Y en qué lugar anidaré mis sueños nuevos
Y quién me dará una mano
Cuando quiera despertar…
Volver a empezar
Que aún no termina el juego
Volver a empezar
Que aún no termina el juego
Volver a empezar
Que no se apague el fuego
Queda mucho por andar
Y que mañana será un día nuevo bajo el sol
Volver a empezar…
Se fueron los aplausos y algunos recuerdos
Y el eco de la gloria duerme en un placar
Yo seguiré adelante atravesando miedos
Sabe Dios que nunca es tarde
Para volver a empezar...

Si bien el año 2010 comenzó hace ya un mes y medio, en la práctica está recién empezando.
Se avizora la vuelta al ruedo en una y mil actividades que tuvieron su correspondiente receso estival. Incluso ya está comenzando la Cuaresma y su invitación a la conversión del corazón.
Y lejos de sentirnos abatatados por ese “alud” que se nos viene encima, creemos que es importante enfrentarlo con una actitud positiva, con optimismo, atravesando quizás nuestros miedos y nuestros temores, sabiendo que queda mucho por andar, pero siempre de la mano de Dios.
Dios, que al igual que en Emaús se hace compañero en nuestro camino, nos alienta a retomar y continuar nuestra marcha, haciendo quizás lo mismo de todos los días, pero sabiendo que ese es justamente nuestro camino de santificación. La santificación desde lo cotidiano, viviendo cada día como si fuera el último.

De Acercándonos – Febrero 2010